
Aquel mal llamado Buda sonriente,
Era el monje Hotei, tan
Idolatrado por su sonrisa, sabiduría
Y su redonda panza,
Que pasó a ser el Buda de la felicidad.
El lo miraba de frente, mientras
Aquella deidad lo apuntaba con su dedo burlón
Y se reía. No pudo más que devolver la sonrisa,
Y sentir que se debía tomar más veces asimismo
Menos en serio.
Y reír, y reír. Aquel día llegó a casa e hizo reír a su
Mujer, y a Sus hijos, incluso hasta al vecino.
Decidió mudarse más cerca del templo de aquel
Buda y mas lejos del trabajo.
El Buda Si cabe, pareciera desde entonces, que más
Se riera.